1.2
EL PRINCIPIO DEL FIN
-Ey Chuck,
¿Qué tal? –Dijo Nacho a través del tuenti a su amigo para empezar a entablar la
conversación.
-Tío,
cuantas veces he de decirte que Chuck Norris fue campeón de karate, no de kung
fu –contestó su amigo casi al instante. Él y Nacho eran amigos desde muy
pequeños, casi desde que no tenían un uso de la razón perfecto. Su amistad se
forjo aun más, cuando años atrás, los dos empezaron a practicar diferentes
artes marciales: el judo y el kung-fu. Desde ese momento, surgió entre los dos
una fuerte amistad basada en picarse el uno al otro defendiendo que su arte
marcial era mejor. Con el paso de los años se volvieron íntimos y salió la fama
de considerarlos hermanos de otra madre, uña y carne, almas gemelas. Si uno de
los dos un día faltaba, la clase le preguntaba: <<Oye Baquetas, ¿Dónde
está Ángel?>> y viceversa. Aunque también <<No se, pregúntale a Ángel
y Nacho>> y esto llevo a errores como <<¿Baquetas y Ángel son gays?>>.
No, no lo eran, pero bastante gente los admiraba por haber conseguido crear una
tan fuerte amistad y nunca haberse peleado.- Por cierto Baquetas, ¿Qué tal va
la canción?
-Bueno,
va yendo. Estoy atrapado en una parte que no me gusta el resultado. Pero
tranqui, que en poco la tengo acabada.
-Muy
bien Baquetas –contestó Ángel acompañado de un emoticono amarillo guiñando un
ojo al final de la frase. La frase fue enviada y Ángel la releyó. Baquetas;
¿Cuánto tiempo llevaban llamando a Nacho por aquel mote? Recordó que surgió un
día a manos de Guillermo e Isma, el cantante y el bajista del grupo que juntos
los cuatro tenían formado. Fue un día que estaban ensayando, hace casi tres
años en casa de Guillermo. Sí, desde ese momento en que surgió por primera vez
el nombre de “Baquetas” entre risas y bromas, la mayoría de la gente lo llama
así y es que a Nacho, no le importa, respondía a cualquiera de los nombres.- Sigue
así y llegarás lejos
Nacho sonrió
al leerlo. Ojalá fuese así, le encantaba escuchar música pero aun le gustaba
mucho más tocarla y componerla. Su sueño, por difícil que fuese y por muchas
veces que su padre se lo hubiese intentado quitar de la cabeza, era llegar
lejos con su grupo. Sí, él lo tenía muy claro, Iron Dreams saldría adelante. Ya
era hora de que la esencia de los 80 volviese y tenía aun más claro que con su
grupo lo conseguirían.
-Por cierto,
la parte del solo ya la habrás ensayado ¿No? –preguntó Nacho tras poner otra
canción, pues la de Iron Maiden ya
había terminado. Ahora, la que sonaba era Princess
of the dawn, de Accept.
-Esta vez me
has puesta uno complicado, Baquetas. Pero ya sabes que no hay un solo que se
resista ni a mi púa ni a mi guitarra –Ángel también sonrió al engrandecerse
tanto, aunque la verdad es que mucho no exageraba. Llevaba desde los 9 años
tocando la guitarra eléctrica y se sentía muy seguro con ella. El instrumento,
era su quinto mejor amigo, inseparable hasta la muerte.- ¡Tío!, lo he
conseguido, por fin me sale entero el puñetero solo de esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=nM__lPTWThU.
Me costó un huevo, pero ahora ya me siento genial conmigo mismo –Nacho
intrigado por saber que solo sería el que su amigo consiguió aprender a tocar a
la perfección, clickeó en el link y este le llevó a un vídeo de youtube: Painkiller de Judas Priest. De nuevo el chico sonrió, ese tema también era uno
de sus favoritos. En realidad, casi todos los temas del movimiento heavy de la
década de los 70 y 80, les gustaba a los cuatro amigos que formaban la banda. Siempre
maldecían no haber podido nacer en los 70 en Reino Unido, cuando aun estaba
empezando grupos como Judas Priest o Black Sabbath.
-Así me gusta
chaval, tú también llegaras lejos, eso sí, solo conmigo. No nos vendas.
-¿Venderos
dices? No digas tonterías, por Slayer te juro que no os venderé -Nacho se quedó
satisfecho al leer las palabras de su amigo. Si hacía una promesa como esa, era
que lo decía en serio, pues Slayer, para Ángel, era algo sagrado, tan sagrado
como la vida misma. Tenía dos tatuajes de ese grupo, uno en el hombro derecho y
otro en el tobillo contrario. Su cara se veía endurecida debido a la multitud
de golpes que recibía en su arte marcial y sus ojos reflejaban concentración y
dureza, la cual Nacho nunca había llegado a ver a manos de su amigo. Además sus
ojos muchas veces quedaban tapados por un largo mechón negro de su pelo, negro
como el carbón y las alas de un cuervo. Por esta razón, su amigo Guillermo, le
puso el mote de Crow, aunque este no
tuviese ni el más mínimo éxito como lo tuvo el de Baquetas. Por lo demás, su
cabello era más o menos de la longitud de su compañero. Los mechones de atrás
eran suaves y sedosos, mientras que los de arriba los tenía en punta, simulando
el cabello de personajes de manga. Para quien no le conociese, podía resultar
un tanto serio y dormido, apagado. Pero Ángel era todo lo contrario a lo que la
gente pensaba. Era alegre y despierto, honrado y seguramente el más fiel de los
cuatro amigos. Al mismo tiempo era muy prudente y mientras sus tres amigos iban
lanzados en situaciones adversas, él era el precavido y sabía como controlar
una situación difícil.
Nacho ya no
contestó al último mensaje de su amigo, era hora de contarle todo lo que había
sucedido. Dudó unos instantes pero sus dedos empezaron a teclear el teclado.
-Escucha Ángel
–Nacho envió el mensaje y dudó en como seguir, pero al final se decantó por
continuar.- No se si lo sabes, pero Zoey y yo lo dejamos hace un par de semanas.
-Vaya tío, no
lo sabía. No veas cuanto lo siento, en serio –Ángel tampoco sabía exactamente
como continuar.- Supuse que lo habías dejado, estos días estabas bastante
jodido. Lo intentabas disimular, pero a mi no me engañas tronco. Además, es
normal que suspendamos como mucha una, pero tres, sobre todo en ti, es muy
extraño. ¿Pero que pasó? ¿Por qué lo dejasteis? Parecía que estabais muy felices
juntos.
-Y lo estábamos.
Pero no se… –Nacho paró de escribir unos instantes, con la mirada fija en la
pantalla tomó el vaso de leche y lo empezó a beber a sorbos, al tiempo que
pinchaba las 45 fotos nuevas. Empezó a verlas, unas eran del concierto del
viernes de hace tres semanas de Rust in
peace, una banda de unos amigos suyos fans hasta la muerte de Megadeth. El batería de aquel grupo, Michi,
iba en su clase. Les encantaba a los dos quedar de vez en cuando y picarse
mutuamente para mejorar su técnica en su instrumento. La verdad es que estaban
igualados respecto a técnica, unas veces ganaba uno y otras veces ganaba el
otro. Pero aun así, Nacho reconocía que su amigo de greñas largas hasta casi el
culo, era mejor que él. Habría que entrenar más para superarle.
-¿Estás? –pregunto
Ángel intentando llamar la atención de su amigo. No quería parecer pesado, pero
ahora quería averiguar que había ocurrido.
-Si, perdona
–se disculpó Nacho, que dio un nuevo sorbo a su leche.- Como decía, las cosas
se empezaron a complicar. No sé si lo sabes, pero su padre estaba un poco
enfermo. Padecía una enfermedad totalmente inusual. Este último mes empezó a
empeorar. Zoe ya no podía quedar conmigo ni con nadie. Por eso faltó unos días
a clase. Y no sé que coño hizo mi padre por el medio, pero un día, hace, dos
semanas, fue al hospital y habló con Zoe. Tras esto, ella llegó junto a mi y
llorando me dijo que lo teníamos que dejar, que lo nuestro no iba a funcionar
–Nacho volvió a dejar de escribir para continuar viendo las fotos y para
despejar su mente. La siguiente tanda, era del concierto de Iron Dreams, hace
una semana en Castrelos, un parque de Vigo que aquella noche se llenó de
grandes apasionados del metal. Pero entonces, recordó que aquel concierto no le
salió tan bien como solía ocurrir siempre, pues estaba distraído pensando en
Zoe que aquel día no estaba entre la primera fila del público, como solía
hacer. Aquellas meteduras de pata en el concierto, hicieron que la buena
conexión entre Guillermo y él, empezase a fallar.
Nacho dejó de
pensar en ello y dio un último sorbo a su vaso de leche y la posó sobre la mesa
para continuar hablando con Ángel, al cual no le había terminado de contar
todo.
-Le pregunté a
mi padre qué le había dicho, que qué le había pasado. Él simplemente se limitó
a responderme que estaría mucho mejor así, que de esta manera no sufriría y que
algún día se lo agradecería. No acabo de entender nada.
-¿Estaría con
otro?
-No lo se, he
intentado volver a hablar con ella pero me evita. Me evita con lágrimas en los
ojos. Algo le tuvo que decir mi padre, pero él no me lo dice. Y estoy harto, hasta
los mismísimos testículos del Minotauro. No me quiere decir nada, ha jodido lo
nuestro y no me quiere contar una mierda. Está haciendo mucho daño a mi madre…
Mañana voy a hablar con él, tengo que averiguar porque esta haciendo todo esto.
-Pues tío,
Nacho, lo siento de verdad. Parecíais muy felices.
-La verdad es
que sí, pero por culpa de esto también he tenido una pelea con Guillermo. No sé
muy bien que ha pasado, de toda la vida él tiene poca paciencia y tiene muchos
humos y aire de chulería. Ensayando el anterior lunes, el día que tú no pudiste
venir, tuvimos una discusión. Nos empezamos a cabrear, los dos. Isma intentó
detener la estúpida discusión, pero entre mierda y mierda acabamos enfrentados
de verdad. No sé si esto es así, pero quizás el futuro del grupo no sea del
todo claro como continuemos cabreados. Ahora, no nos dirigimos la palabra…
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