1.4
EL PRINCIPIO DEL FIN
-¿Cómo? ¿El
abuelo murió por culpa de papá?
-Hay muchas
cosas que ignoras de tu padre. Isidro tiene un pasado negro. Me pidió que nunca
le hablase de esto a nadie.
-¿Pero cómo
murió?
-No hay tiempo
para contártelo. Hace unos días descubrí algo…
-Abuela, ¿Qué
has descubierto?
-Cariño, pase
lo que pase has de ser fuerte…
-¿Pasar? ¿Qué
va a pasar?
-Hijo, el
mundo va a cambiar. Tu padre ya no es tu padre. Dijo que el mundo iba a sufrir
un cambio, que todo volvería al orden natural de las cosas. Va a ocurrir algo horroroso
y con consecuencias terribles. Cariño, si lo que he averiguado es cierto, tu
padre tiene una gran razón para no poder dormir ni parar de llorar.
-¿Pero que va
a ocurrir?
-Tormenta. Eso
es lo que he averiguado. Una gran tormenta va a asolar el mundo –ahora su voz
era ahogada, Nacho pudo deducir que su abuela estaba llorando al otro lado de
la llamada.- Escucha Nacho, cuando todo va mal, cuando el infierno llega a la
superficie de la tierra, es en ese momento cuando se muestra la verdadera
naturaleza del ser humano.
Nacho
escuchaba en silencio las palabras de su abuela, ¿A qué venía semejante
discurso? ¿El infierno en la tierra?
-Y el
verdadero aspecto del ser humano es muy traicionero… -la abuela continuó con su
discurso.- Amigos que ahora son tus amigos pueden convertirse en tu peor
pesadilla y gente a la que odias y nunca te diriges a ella, puede convertirse
en tu mejor aliada. Confiar en alguien puede ser tu final y no confiar también
puede serlo. Cada decisión y cada paso, puede conllevar grandes riesgos y
sacrificios… ¿Hasta que punto estás dispuesto a realizar sacrificios por los
demás?
La abuela se
calló, Nacho estaba muy confuso, ¿Qué significaba todo aquello?
-Abuela… ¿Por
qué hablas así? ¿Qué ha ocurrido?
-No es lo que
ocurrió, cariño… Es lo que va a pasar.
-¿Pero qué es
lo que va a pasar?
-Escucha Nacho
–La abuela parecía agitada. Se escuchó algo romperse, como cristales rotos,
¿Quizás alguna ventana? Acto seguido se escucharon un par de golpes. Y lo que
sonaba a… ¿Un disparo? Al que siguió un golpe seco.- Cariño, pase lo que pase
no puedes decaer. Muchas personas confiarán en ti, posiblemente tú te
conviertas en su última esperanza… -De nuevo otros golpes, un grito de la
abuela y dos disparos…
-¡¡¡ABUELA!!!
–gritó Nacho, que ya no escuchaba nada al otro lado del teléfono. ¿Qué le habría
sucedido? De repente, el silencio se rompió con una voz que gritaba al otro
lado del teléfono.
-Recuerda
Nacho, has de ser valiente. Todo ocurre por algún motivo… -Esas fueron las
últimas palabras de su abuela antes de que se escuchasen cuatro disparos y luego…
El silencio.
El
móvil se le resbaló de las manos y cayó al suelo. Nacho estaba en shock. Quería
gritar pero no podía. Se sobresaltó cuando unas manos le agarraron por los hombros
y se sorprendió al ver allí a su padre que con fuerza le abrazó.
-Papá,
¿Qué está ocurriendo?
-Hijo,
tu abuela está bien, te lo prometo. Mañana hablamos, hablamos de lo que
quieras, de lo de Zoe, de lo de la abuela y de por qué estoy así… Pero ahora
duerme, lo vas a necesitar, mañana será otro día…
Isidro
le dio un beso en la frente y con su ayuda, Nacho se acostó. Estaba temblando
de miedo. Su padre le volvió a abrazar y le dio más besos, esta vez en la
mejilla mientras al oído, le susurraba palabras tranquilizadoras. Poco a poco
se fue durmiendo. No tenía sueño, pero los ojos se le cerraban, estaba débil,
se sentía cansado. Su cuerpo le pesaba, se dormía. ¿Por qué? No aguantaba más,
sus ojos se cerraron para sumirse en un profundo sueño…
Isidro se
levantó sin hacer el más mínimo ruido y mientras se guardaba un pequeño frasco
en el bolsillo trasero de su pantalón, cerró la puerta de la habitación desde
el exterior.
-Nacho,
mañana será un nuevo día… Una nueva oportunidad.
Y
de nuevo, internándose en las sombras de la casa desapareció.
Eran
las primeras horas del día 20 de diciembre. Los relojes señalaban las dos de la
mañana y todo el mundo dormía tranquilo.
Pero
al mismo tiempo, también eran las últimas horas del mundo. Los minutos que le
quedaba a la raza humana estaban contados…
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