sábado, 30 de marzo de 2013


1.4
EL PRINCIPIO DEL FIN


-¿Cómo? ¿El abuelo murió por culpa de papá?
-Hay muchas cosas que ignoras de tu padre. Isidro tiene un pasado negro. Me pidió que nunca le hablase de esto a nadie.
-¿Pero cómo murió?
-No hay tiempo para contártelo. Hace unos días descubrí algo…
-Abuela, ¿Qué has descubierto?
-Cariño, pase lo que pase has de ser fuerte…
-¿Pasar? ¿Qué va a pasar?
-Hijo, el mundo va a cambiar. Tu padre ya no es tu padre. Dijo que el mundo iba a sufrir un cambio, que todo volvería al orden natural de las cosas. Va a ocurrir algo horroroso y con consecuencias terribles. Cariño, si lo que he averiguado es cierto, tu padre tiene una gran razón para no poder dormir ni parar de llorar.
-¿Pero que va a ocurrir?
-Tormenta. Eso es lo que he averiguado. Una gran tormenta va a asolar el mundo –ahora su voz era ahogada, Nacho pudo deducir que su abuela estaba llorando al otro lado de la llamada.- Escucha Nacho, cuando todo va mal, cuando el infierno llega a la superficie de la tierra, es en ese momento cuando se muestra la verdadera naturaleza del ser humano.
Nacho escuchaba en silencio las palabras de su abuela, ¿A qué venía semejante discurso? ¿El infierno en la tierra?
-Y el verdadero aspecto del ser humano es muy traicionero… -la abuela continuó con su discurso.- Amigos que ahora son tus amigos pueden convertirse en tu peor pesadilla y gente a la que odias y nunca te diriges a ella, puede convertirse en tu mejor aliada. Confiar en alguien puede ser tu final y no confiar también puede serlo. Cada decisión y cada paso, puede conllevar grandes riesgos y sacrificios… ¿Hasta que punto estás dispuesto a realizar sacrificios por los demás?
La abuela se calló, Nacho estaba muy confuso, ¿Qué significaba todo aquello?
-Abuela… ¿Por qué hablas así? ¿Qué ha ocurrido?
-No es lo que ocurrió, cariño… Es lo que va a pasar.
-¿Pero qué es lo que va a pasar?
-Escucha Nacho –La abuela parecía agitada. Se escuchó algo romperse, como cristales rotos, ¿Quizás alguna ventana? Acto seguido se escucharon un par de golpes. Y lo que sonaba a… ¿Un disparo? Al que siguió un golpe seco.- Cariño, pase lo que pase no puedes decaer. Muchas personas confiarán en ti, posiblemente tú te conviertas en su última esperanza… -De nuevo otros golpes, un grito de la abuela y dos disparos…
-¡¡¡ABUELA!!! –gritó Nacho, que ya no escuchaba nada al otro lado del teléfono. ¿Qué le habría sucedido? De repente, el silencio se rompió con una voz que gritaba al otro lado del teléfono.
               -Recuerda Nacho, has de ser valiente. Todo ocurre por algún motivo… -Esas fueron las últimas palabras de su abuela antes de que se escuchasen cuatro disparos y luego… El silencio.
               El móvil se le resbaló de las manos y cayó al suelo. Nacho estaba en shock. Quería gritar pero no podía. Se sobresaltó cuando unas manos le agarraron por los hombros y se sorprendió al ver allí a su padre que con fuerza le abrazó.
               -Papá, ¿Qué está ocurriendo?
               -Hijo, tu abuela está bien, te lo prometo. Mañana hablamos, hablamos de lo que quieras, de lo de Zoe, de lo de la abuela y de por qué estoy así… Pero ahora duerme, lo vas a necesitar, mañana será otro día…
               Isidro le dio un beso en la frente y con su ayuda, Nacho se acostó. Estaba temblando de miedo. Su padre le volvió a abrazar y le dio más besos, esta vez en la mejilla mientras al oído, le susurraba palabras tranquilizadoras. Poco a poco se fue durmiendo. No tenía sueño, pero los ojos se le cerraban, estaba débil, se sentía cansado. Su cuerpo le pesaba, se dormía. ¿Por qué? No aguantaba más, sus ojos se cerraron para sumirse en un profundo sueño…
Isidro se levantó sin hacer el más mínimo ruido y mientras se guardaba un pequeño frasco en el bolsillo trasero de su pantalón, cerró la puerta de la habitación desde el exterior.
               -Nacho, mañana será un nuevo día… Una nueva oportunidad.
               Y de nuevo, internándose en las sombras de la casa desapareció.
               Eran las primeras horas del día 20 de diciembre. Los relojes señalaban las dos de la mañana y todo el mundo dormía tranquilo.
               Pero al mismo tiempo, también eran las últimas horas del mundo. Los minutos que le quedaba a la raza humana estaban contados…

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