domingo, 10 de noviembre de 2013

12
RATONERA

La situación era crítica pero no dejaba de ser surrealista; los estudiantes que hasta hacía poco se habían dado por muertos, se levantaron y como si nada hubiera ocurrido, comenzaron a caminar. Pero caminaron para buscar comida y esa comida no era otra cosa que carne humana. Carne humana viva.
               Y por sin no fuera poco, el panorama empeoraba por momentos. Rubén e Isma luchaban contra dos No-Muertos mientras con repugnancia, observaban como cuatro o cinco de esos seres, se estaban comiendo a Paula.
               Mientras, el policía ya había gastado su munición y al tiempo que recargaba, Ángel y Nacho lo cubrían como podían golpeando con furia a sus antiguos compañeros y es, aunque les doliese luchar a muerte contra lo que fueron hasta hace unos escasos cuarenta y cinco minutos eran amigos suyos, no podían aflojar la fuerza. Si lo hacían, morirían. En realidad, había dos opciones, rendirse y convertirse en comida para los trastornados No-Muertos o, no aflojar la furia y sobrevivir. Y sin dudarlo, habían escogido realizar la segunda opción.
               Un grito femenino, puso los pelos de punta a Nacho al reconocer aquella voz. ¡Era Zoey! Un No-Muerto se había abalanzado contra ella pero Pablo, le había propinado una patada en el estómago que hizo retroceder al ser un par de metros hacia atrás. Pero el muerto, no se rindió y de nuevo, atacó a la pareja que no se dio cuenta que por su espalda se acercaba otro No-Muerto.
               -¡PABLO, ZOEY! ¡A VUESTRA ESPALDA! –Gritó Nacho con todas sus fuerzas haciéndose oír por encima de los gritos, los golpes, los disparos pero sobre todo, de los gemidos. La pareja se giró para ver como un No-Muerto se lanzaba contra ellos. Con dificultad en el último instante lo consiguieron esquivar.
               -¡Hay que salir de la clase! –Vociferó Ángel proporcionando una patada digna de un elevado cinturón de kung en pleno pecho a un No-Muerto.- ¡Si continuamos aquí, nos atraparan! ¡Estamos en una jodida ratonera!
               Isma y Rubén consiguieron abrirse paso costosamente entre la multitud de No-Muertos para llegar al grupo que se encontraba formado en el centro de la clase por el resto de los supervivientes.
               -¡El chico tiene razón! –Gritó el policía al tiempo que abría fuego contra una joven de pelo negro que se acercaba peligrosamente a Pablo.- ¡Tenemos que salir!
               El agente se puso en la cabecera del grupo y disparando, empezó a abrir camino al resto de los vivos. O lo intentaba, ya que los No-Muertos eran demasiados numerosos. ¿Cuántos habría? ¿Cincuenta, sesenta? Por cada uno que caía, aparecían dos o tres más. Un aullido desgarrador resonó en la clase cuando un muerto arrastrándose en el suelo, mordió en el gemelo derecho a Pablo. Con una fuerte patada en plena sien, Isma consiguió liberar al herido de la dentellada, pero la mordedura había hecho su función. Pablo notó algo pegajoso en los pantalones, bajó la mirada y comprobó mareándose, que sus pantalones estaban totalmente empapados de sangre. El comunista, le ayudó a continuar la huida dejando al compañero de su clase, que se apoyase en él.
               -¡Mierda, tengo que recargar! –gritó el policía cuando se dio cuenta de que su arma había dejado de disparar y hacía el característico click informador de que la munición se había agotado.

               Media docena de esos seres, aprovecharon ese instante de vulnerabilidad para abalanzarse sobre el indefenso agente. Este no pudo hace más que soltar la pistola a medio cargar, lanzando un aullido de dolor y sorpresa. Nacho recogió su pistola mientras el policía desaparecía bajo una inmensa masa de No-Muertos que aumentaba por segundo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario