sábado, 30 de noviembre de 2013

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          RATONERA

Tenía una mínima de cómo cargar del todo y utilizar aquella glock, gracias a que de vez en cuando, jugaba al airsoft con sus amigos. Un juego en el que se utilizan réplicas muy reales de armas de todo tipo y balas de plástico para matarse entre amigos divididos en equipos y pasar un buen fin de semana.
               Nacho apuntó el arma acompañado de temblores de miedo contra un ser y abrió fuego. Sorprendido por el retroceso del arma, se detuvo un instante mientras veía caer el pesado cuerpo del No-Muerto al suelo, pero pronto, se volvió a levantar.
               Consiguieron salir al exterior del aula llegando al pasillo. Nacho comprobó que las escaleras que conducían definitivamente al aire libre, estaba invadida por una inmensa marea de No-Muertos. Intentar salir por ese lugar, no era una opción. Con un movimiento de cabeza, Ángel le indicó que entrasen en el aula de Física en la que normalmente, a primera hora de un jueves, está vacía.
               -¡Rápido, a clase de Física! –gritó Nacho para que los que estaban atrás del grupo supiesen hacia donde poner rumbo.
               Zoey y Rubén, que se encontraba en la cola del grupo intentando proteger la retaguardia, oyeron el mensaje y pusieron rumbo a la clase que se encontraba al lado: la de Física. Pero antes de llegar hasta allí, Rubén desvió la mirada por última vez a la clase de historia, donde hasta hace escasos segundos, habían estado ellos. En la entrada de esta,  unas dos docenas de No-Muertos, estaban devorando el cadáver del policía. Pero lo que más le aterrorizó fue lo que vio después. Del aula, salió una atractiva adolescente de corta falda y camiseta de tirantes ajustada, empapada totalmente en sangre. Tenía una horrible herida en la base del cuello y tenía una amputación severa, ¡Le faltaba todo el brazo derecho! Con un gemido seco, aquella muchacha comenzó a caminar hacía él mientras una hilera de intestinos bañados en sangre, salían de su abdomen y se enredaban en sus pies. La chica, con venas oscuras remarcadas sobre una pálida piel, le miró con unos ojos muertos de córnea amarilla. Una devastadora y profunda herida, resaltaba en la cara de la joven.
               Rubén no pudo hacer más que vomitar al ver aquello, ¡Esa chica era Paula!, la amiga de su clase a la que inútilmente, minutos antes había intentado salvarle la vida. Y ahora estaba allí, andando como si todas aquellas heridas mortales que tenía en su atractivo cuerpo, nunca hubiesen sido infringidas. Pero estaba muerta, rematadamente muerte. En ese momento, Paula era un No-Muerto e iba a por su carne.
               ¿Qué significaba eso? ¿Era algún tipo de virus que si uno moría revivía como otro más de esos diabólicos seres?
              
Ángel se adelantó para abrir la puerta del aula de Física y con una rápido movimiento mandó entrar a todos, no podían perder más tiempo, tenían a los muertos en los talones.
               -¡Rápido, entrad! –chilló Nacho colocándose a un lado de la entrada exterior dejando paso a sus amigos para que entrasen mientras él los intentaba cubrir. Ángel  entró el primero seguido del mareado Pablo apoyado en Isma.

Zoey vio que Rubén estaba paralizado observando a la nueva Paula, de un tirón, en el brazo, hizo que el comunista empezase a reaccionar. Siguieron al grupo hasta la entrada pero un No-Muerto agarró el tobillo de la chica.
               -¡Joder! –gritó Zoey intentando zafarse de las fuertes garras del monstruo. Rubén, con un potente pisotón liberó a la joven, no iba a permitir que otra persona más muriese sin él poder hacer nada. Pero de repente, unas frías manos le agarraron por los hombros.
               Todo sucedió muy rápido, notaba como las manos aumentaron la presión del agarre y un escalofrió recorrió su empapada espalda bañada en sudor cuando sintió que una dentadura empezaba a rozar su cuello.
               -Ayud… -La palabra suplicante se vio interrumpida por el estruendo de un disparo.
               Algo extremadamente caliente, pasó muy cerca de la cara del comunista impactando de lleno en la frente de Paula. Salpicaduras de gotas rojas de sangre rociaron la aterrorizada y confusa cara de Rubén. La No-Muerto, salió despedida un par de metros hacia atrás, momento que Zoey utilizó para devolverle el favor a su amigo y ayudarle. Tirando de él, se dirigieron al interior de la clase que ahora utilizarían como refugio. Antes de cerrar la puerta, Nacho realizo una última visión del panorama.

               A lo largo de todo aquel edificio, se escuchaban gemidos y aullidos. Aquellos gritos de dolor eran de otros supervivientes de otras clases que no habían podido escapar de los No-Muertos. Vio como cinco de esos infernales seres ponían rumbo a su refugio y sin detenerse más, cerraron la puerta de la clase.

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